viernes, 24 de diciembre de 2010

- Y desayunar champán o como dicen los franceses: champagne...

Tengo el corazón en la garganta, miedo y estoy temblando a pesar de no tener frio.
La sensación de tener los pies al borde del precipicio y con miedo de caer.
Y si me caigo huiré a donde nunca nadie haya huido antes y a esconderme entre los más recónditos sitios de mi alma y de mi ser.
Apartaré la razón a un lado porque si caigo dejaré la razón allí arriba para cuando desee volver...si es que puedo hacerlo.
Me perderé entre la noche y el día, beberé tequila hasta vomitar y si lo hago me quitaré el sabor con más tequila.
Huiré, de todo aquello que tenga que ver con lo que soy ahora; perderé mi racionalidad en el fondo de algún vaso vacío, aunque en realidad sabré que la he abandonado ahí porque yo misma me haré presa de mi locura.
Me haré presa de ella y desayunaré champán con cereales, brindaré con el aire y veré llorar a mi madre, nadie más se alegrara de que yo caiga, en realidad yo tampoco me alegraré puesto que ahora mismo no deseo caer, pero sé que el día que caiga me abandonaré a mi misma y no sabré hacer otra cosa que las anteriores citadas.
Veré la realidad distorsionada y lo que ahora no me parece a grandes rasgos bien luego lo veré más que bien.
Me dejaré la dignidad en los tacones, y mi orgullo será tan alto que nadie lo podrá pisar.
Viviré con los ojos abiertos pero cerrados, no querré darme cuenta de nada ni querré saber nada.
Dormiré de cama en cama o de suelo en suelo si toca, o simplemente no dormiré, que por la cuenta que me trae...
Pero no quiero caer.
No permitas que caiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario